Caminando en un nuevo día al aire libre, bajo el sol o la luna, lloviendo o con viento, que más da el clima o los días, lo importante es estar animado por poseer un espíritu sano, entre aparatos novísimos, tecnologías, teorías, sorpresas penas y alegrías, si nos inunda la salud nos volvemos optimistas.

Pero siempre acechando existe algo distinto, que hace que el optimismo vaya a parar a un pozo horrible, negro, confuso y enfermo.

Ante tanto frenetismo de ir corriendo vamos a pararnos con calma en un umbral donde pensemos, y dentro de ese pensamiento hay que conseguir deshacernos de toda la mierda que nos echan encima envuelta con un tupido velo, así no la vemos.

Personas que juegan con nosotros sin conciencia convirtiéndonos en su circo de pulgas que nos manejan a su antojo.

Si la vida nos da malas cartas tendremos que aprender a jugar con ellas.

Una vez que te haz desecho de la amalgama de mercurio y quieres depurarte, existe los agentes quelantes, son sustancias que secuestran formando iones bla bla bla, esto no es una tesis, lo importante es que gracias al quelante, que proviene de la palabra griega “chele” que significa garra, te ayuda porque una vez que te lo vas tomando se va agarrando a él todo metal pesado (mercurio, plomo, níquel, cadmio etc) y lo expulsa sin delicadeza al exterior.

Siguiendo estos pasos solo se espera mejorar, por intentarlo nada se perderá y mucho que ganar.

Puedes encontrar tu optimismo al aliviarse:

* Los pequeños o dolores insufrible.

* Enfermedades raras.

* Alergias que aparecen sin cita previa.

* Estados depresivos sin motivo.

Todo un abanico de tonos grises que se codean con el negro, la salud es esa que no echas en falta hasta que no la tienes.

A las madres que están amamantando les aconsejan que no fumen, que no tomen alcohol, deberían de poner en conocimiento que si tienen amalgamas en la boca el mercurio pasa a la leche.

Esto solo es un mero instrumento para acceder a la conciencia

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