Otra vez…¡NO!

Otra vez le estoy viendo las orejas al lobo y no me está gustando.

Todo lo tenía olvidado y vuelve a estar pasando.

Poco a poco y despacito a vuelto sobre mí el lastre, del que un día me desprendí, pensé que se iría en unos días, por que otra vez no me podía ocurrir, pero el tiempo lo va empeorando y no soporto volverlo a vivir.

Eliminando tóxicos, barajando productos de alimentación e higiene del cuerpo.

Descartando completamente el pescado como alimento cotidiano, nada de atún en lata ni fresco, fuera el pez espada, el besugo y la caballa, incluso los que menos mercurio contienen, como el pescado blanco, la pequeña sardina, ni la riquísima gambita, no he superado la prueba, mi organismo no lo tolera, unos más otros menos pero se sabe que están altamente contaminados en sus grasas, buenísimos al paladar, imperceptibles sus tóxicos para muchas personas, pero le van haciendo la cama a enfermedades varias, desde cáncer, dolores de toda índole, pasando por alteraciones neurológicas, para las personas que ya están tocadas llegan a hundirlas.

No me atrevo ni a comer un trozo de pan fuera de casa, y menos a lo que llaman pan, que traen ingredientes reunidos que no imaginas, desde pescado pasando por huevos, cacahuetes, soja, leche, frutos de cascaras, granos de sésamo, sulfitos, chocolate,antiaglomerante E170, antioxidante E300, dextrosa, están destrozando a las personas.

Depurandome estoy con todos los productos quelantes y hasta ahora sin solución, zeolita, carbón activado,arcilla blanca, huevos de codorniz, cilantro, ajo, cebolla, alga chlorella, aun no he encontrado la salud de la cual ya era muy amiga, le he echado mano al Polaramine, y el Urbason cae de dos en dos.

Con la higiene estoy batallando, el champú ecológico ya no lo aguanto, con yema de huevo me lavo el cabello, para un brillo radiante la clara aprovecho.

El jabón de Alepo que genial me venia para la piel, lo tengo de adorno, no lo puedo ni ver, me pasé al Ghassoul o Rhassoul, una arcilla marroquí, es muy buena pero ya no para mí.

Los ojos se quedan tan pegados que tardo horas en volverlos medio abrir, la piel del rostro se inflama palideciendo, me quema, arde con picor palpita, los labios se hinchan como rellenados de silicona a manos de un mal profesional, el frío es extremo, tiembla todo el cuerpo, cuesta hablar, la cabeza se ausenta sin pensar, en un estar y no estar, te miras al espejo y no conoces a la persona que te devuelve la mirada, es una caricatura echa de mala gana.

Sospecho que puede ser de una de las muelas que se volvieron a empastar, porque si el tóxico fuera del exterior ya habría ganado yo, si es el empaste está en mí y aunque digan que no contiene mercurio, cosa que comienzo a dudar, y sea blanco, existe otro ingrediente sospechoso que junto con el mercurio te puede intoxicar como el Bisfenol A.

Dejare pasar unos días más, no se cuanto podre aguantar, me sacaré la muela, está a la vista al sonreír, soy presumida, cualquier mujer lo entendería pero en este estado no es vida, se que un implante no admitiría con su composición de titanio y aleaciones mi cuerpo lo rechazaría con alergias malditas.

Me parece mentira pero es real, ahora me siento mermada, una muñeca rota para tirar.

Ana Cantero, escritora y amiga, actuó con gran éxito en el teatro como monologuista, no pude asistir, mucha gente para mí, ¡muchos besosss y aplausosss para ella!.

Seguiré descartando tóxicos…continuará.