Te quedas descolocada cuando todo lo de tu alrededor es inviable para ti, llegas a creer que has mutado y tienes que irte a vivir a otro planeta.

No existía producto que pudiera utilizar, oler o comer sin que me dejara en ese umbral del shock anafiláctico.

Ni producto profesional pues peluquera soy, ni los del super, no me valían los hipoalergénicos, ni ecológicos, mi cuarto de baño se convirtió en un establecimiento cargadito de productos para el aseo.

Una vez descartando todo y después de llorar solo me quedó pensar.

Mi cabello, para que os orientéis, es ondulado y negro, con puntas que se aclaran, mira por donde ahora está de moda con las mechas californianas.

Aunque el asco que sentía por él era irracional decidí con yema de huevo la cabeza lavar.

Separar la yema de la clara, humedecer el cabello, usar la yema del huevo igual que un champú, emulsionar, cuando ya el masaje se da por finalizado es momento de enjuagar, es importante el agua muy caliente no usar, aparte que no es buena para el cabello, el huevo se puede cocinar y ya una vez de estar en el pelo es un asco comérselo.

La clara del huevo va fenomenal para fijar los rizos, solo hay que aplicarla una vez que el cabello esté desenredado y quieras darle forma, extenderla como si fuera gomina, y si la prefieres como espuma solo hay que batirla a punto de nieve.

Existen muchos más métodos pero a fuerza de probar con el huevo me he de quedar y posee proteínas que el cabello agradecerá.

Si tu peinado está perfecto y no quieres que caiga, llena un pulverizador de cerveza y aplicas como si fuera laca, no te preocupes por el olor que desaparece rápidamente.

Para el color avivar o a ser posible canas tapar le eché mano al café un día que tomando lo vi tan negro y pensé.

Hacer un café natural, yo lo uso en grano, por qué el molido de paquete tenía algo que la garganta se cerró, a saber que le echan para obtener más cantidad y rellenar los paquetes.

Una vez que está el café hecho y enfriado aplicarlo por el cabello, y cuanto más tiempo lo tengas más beneficios obtendrás, después si quieres te lo lavas o simplemente enjuagar.

Posee muchos beneficios el café, fortalece el cabello, da brillo y suavidad, aparte de ir oscureciendo estimula el crecimiento.

Pasamos al té y lo mismo que el café, una infusión de té negro bien cargadito y aplicarlo exactamente lo mismo.

El romero es el rey, rejuvenece, oscurece y fortalece, infusión cargadita, rellena un pulverizador, y donde tengas canas te lo echas cuando te dé la gana.

Si eres castaña y quieres unos brillos rojizos échale mano al té rojo es tu amigo.

Otra opción puedes usar si el rojizo a ti te va, hierves las cáscaras de las cebollas, si es cebolla roja más reflejos rojizos te quedarán.

Si eres rubia mezcla agua caliente con curcuma, cuando se enfrie te la aplicas generosamente, potenciará el color dorado, esto me lo aplique para darle brillo a mis puntas que se aclaran y se ponen rubiazcas.

Si el cabello reseco se te queda, mójate las manos y échate un poquitin de aceite de oliva, te dará un brillo impresionante aparte que es hidratante.

Aún pudiendo usar ya productos, me he enganchado a lo natural.

Estoy poniendo en práctica un champú fortalecedor, busca un champú donde los químicos y colorantes sean mas escasos, así si es posible transparente y le vas agregando una serie de potenciales naturales para que el foliculo piloso del cabello viva más y este se engrose.

Añadidos naturales para el champú: clavos, de especie no puntillas, canela en rama, romero, un par de granos de café, abrotano macho, cola de caballo, jengibre, cebolla, unas gotitas de aceite de lino, gotitas de aceite de jojoba… ya ire probando con más ingredientes, pues el abanico es amplio de todo lo natural.

Estos potingues están valorado bajo mi experiencia, a mí me ha funcionado pero ya se sabe que cada persona es un mundo y a veces dos.

Para la próxima caerá el potingue corporal.