Los años acaban y se vuelven a comenzar, si el viejo ha sido malo se está con la esperanza de que en el año nuevo todo cambiará, si ha sido bueno que siga igual y con la idea de que todo puede mejorar.

 

Deseo en este año entrante

que la salud sea esa mancha pegajosa

que ni con agua caliente sale.

Que todos aprendamos

con ese puñetero tropezón

de esa piedra en el camino.

No agarrarse a ese clavo ardiendo

creyendo que es lo único del universo.

No cegarse con cortinas de humo

esas que no dejan ver

todo lo que se puede hacer

sin que nadie te ate los pies.

No anhelar lo que no se posee

la felicidad puede estar

en desprenderte de lo inútil

y valorar lo que ya se tiene.

Aprender a no vivir

en constante lamento

porque todo puede

empeorar por momento.

Que en éste  año entrante

las aspiraciones, los deseos

lo alcancemos con el alma,

con pensamientos razonables,

con la cabeza pensante,

y que el corazón no nos coja

en un tiempo a destiempo

donde haga pasar

malas pasadas o

futuro incierto.